Aunque muchas personas piensan que una vez cerrada la herida ya no hay nada más que hacer, la realidad es que una cicatriz mal tratada puede generar secuelas a corto y largo plazo. Las cicatrices pueden provocar molestias estéticas hasta adherencias que afectan a músculos, fascias e incluso órganos cercanos.
La fisioterapia juega un papel fundamental en este proceso. Gracias a técnicas específicas y personalizadas para tratar cicatrices, se pueden mejorar en cualquiera de las etapas del proceso de cicatrización, ayudando a evitar adherencias en las capas de tejido y a mejorar la movilidad de una cicatriz, con resultados que impactan de forma positiva en la calidad de vida del paciente.
En este artículo te contamos por qué y cómo tratamos cicatrices en fisioterapia, qué papel tiene el fisioterapeuta en su recuperación, qué factores influyen en su evolución y cuáles son los beneficios de acudir a un especialista en fisioterapia de readaptación funcional incluso cuando la piel ya parece curada.
¿Qué rol tiene la fisioterapia en la curación de cicatrices?
La fisioterapia no solo se ocupa de músculos, huesos o articulaciones. También se ocupa de tratar cualquier cicatriz con el objetivo de evitar adherencias en las capas de tejido, mejorar la movilidad de una cicatriz y prevenir secuelas funcionales o estéticas.
Hoy en día sabemos que una cicatriz mal tratada puede generar más problemas de los que imaginamos: desde tirantez y dolor, hasta limitaciones de movimiento, inflamación persistente, disfunciones viscerales e incluso afectación emocional. ¿Sorprendente? Sí. ¿Evitable? También.
Las cicatrices pueden tensarse, anudarse, limitar el movimiento natural del tejido… ¡y tirar de todo lo que tienen alrededor! Así funcionan las adherencias: un verdadero enredo entre la piel, el músculo y las fascias que puede dificultar funciones tan básicas como estirarte, girar el cuello o levantar un brazo.
A través de técnicas manuales específicas para tratar cicatrices en fisioterapia, estiramientos suaves, movilizaciones profundas y a veces incluso herramientas como la radiofrecuencia o la terapia miofascial, el fisioterapeuta trabaja para:
- Disminuir el dolor y la tirantez de la cicatriz.
- Mejorar la elasticidad y la movilidad del tejido cicatricial.
- Evitar que se formen adherencias entre las distintas capas de tejido.
- Reintegrar esa zona al movimiento global del cuerpo.
Una cicatriz puede estar en la rodilla… pero acabar afectando a la espalda. Puede ser pequeña… pero generar limitaciones gigantes. Por eso es tan importante actuar con precisión y conocimiento desde el principio.
Factores que influyen en la cicatrización
Aunque la piel es asombrosamente sabia, no todas las cicatrices sanan igual. La velocidad, calidad y funcionalidad del proceso cicatricial dependen de muchos factores, algunos controlables… y otros no tanto. Entre ellos:
- Edad del paciente: cuanto mayor es la persona, más lento puede ser el proceso.
- Estado nutricional: la carencia de proteínas, zinc o vitamina C puede ralentizar la regeneración.
- Hidratación y oxigenación del tejido: claves para una buena vascularización y cicatrización.
- Tipo de herida o intervención: no es lo mismo una quemadura que una incisión quirúrgica limpia.
- Zona corporal afectada: las zonas móviles, como el abdomen o las articulaciones, cicatrizan diferente.
- Factores emocionales y estrés: ¡sí, también influyen! El cortisol elevado puede frenar la regeneración.
¿Sabías, por ejemplo, que las cicatrices en la línea media del cuerpo, como las de cesárea o cirugía abdominal, pueden afectar a la movilidad de órganos internos como el intestino o la vejiga? Este es uno de esos datos que demuestran que una cicatriz puede alterar más de lo que vemos a simple vista. Por eso, si acabas de tener a tu bebé por cesárea, cuida de tu cicatriz mediante fisioterapia especializada en embarazo.
¿Cómo mejoramos los fisioterapeutas el proceso de cicatrización?
El tratamiento de cicatrices en fisioterapia es mucho más que aplicar una crema o dar un masaje superficial. Es un proceso personalizado y progresivo que sigue criterios clínicos muy claros. Te contamos cómo los seguimos paso a paso:
Valoración exhaustiva del tejido cicatricial
No todas las cicatrices necesitan lo mismo. Por eso, en primer lugar, realizamos una exploración detallada: observamos el color, la textura, la movilidad, la sensibilidad y la profundidad. Evaluamos si hay adherencias, dolor a la presión, alteraciones posturales o disfunciones asociadas.
Terapia manual específica para liberar adherencias
Mediante técnicas como la movilización de la cicatriz, el masaje transverso profundo o la terapia miofascial, buscamos liberar las capas de tejido que han quedado pegadas y restaurar su movilidad. Lo hacemos progresivamente, respetando la fase de cicatrización en la que se encuentra el paciente, ya sea inflamatoria, proliferativa o de remodelación.
Mejorar la movilidad de una cicatriz
El objetivo de tratar cicatrices en fisioterapia no es solo estético, sino funcional: la cicatriz debe moverse con la piel y no contra ella. Si está en el abdomen, por ejemplo, tiene que acompañar los movimientos respiratorios. Si está cerca de una articulación, debe permitir el rango completo de movimiento sin tirantez.
Educación al paciente y automasaje
Enseñamos al paciente técnicas de automasaje, ejercicios suaves y pautas posturales que puede hacer en casa. Esto empodera, acelera la recuperación y convierte al paciente en protagonista de su proceso.
Tratamientos complementarios
Según cada caso, también podemos aplicar otras técnicas para tratar cicatrices en fisioterapia como:
- Vendaje neuromuscular, kinesiotape, para mejorar la vascularización y el drenaje linfático.
- Electroterapia o radiofrecuencia para estimular la regeneración del tejido.
- Ejercicio terapéutico adaptado, especialmente en cicatrices que han afectado al tono muscular o la postura.
Tratar una cicatriz es una manera de recuperar tu salud integral. Porque una piel que se ha roto, que se ha abierto para salvarnos o curarnos, también merece cerrar bien. Sin dolor. Sin limitaciones. Sin arrastrar problemas que pueden prevenirse.
Desde la fisioterapia, ofrecemos herramientas seguras, eficaces y personalizadas para tratar cualquier cicatriz en cualquiera de las etapas del proceso de cicatrización, evitar adherencias en las capas de tejido y mejorar la movilidad de una cicatriz. No importa si la cicatriz es reciente o antigua: si molesta, duele o limita… merece atención.
No normalices el dolor ni la tirantez. Consulta con un fisioterapeuta especializado en cicatrices. Porque detrás de una cicatriz bien tratada, hay libertad de movimiento y bienestar a largo plazo. ¡Solicita una cita con nosotros si es tu caso, llámanos!
Referencias bibliográficas
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- Esteban, M. T. (2020). Abordaje de las cicatrices desde la fisioterapia. Fisioterapia, 42(2), 96-101.
- Fundación Española de Fisioterapia. (2023). Guía de tratamiento fisioterápico de cicatrices quirúrgicas y traumáticas.
- National Library of Medicine (2021). Scar tissue and adhesions: functional implications. Recuperado de https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
- Ministerio de Sanidad de España (2023). Cuidados postquirúrgicos y rehabilitación física en Atención Primaria.