¿Te has fijado en que algunos bebés parecen mirar hacia un lado? Esta inclinación de la cabeza, que a simple vista podría parecer una postura adorable, puede ser un signo de tortícolis congénita o tortícolis del recién nacido. Pero no te alarmes, porque con la guía adecuada, unos cuidados hechos con amor y la ayuda de un fisioterapeuta pediátrico, tu bebé puede mejorar con facilidad.
La tortícolis congénita en bebés es más común de lo que podrías pensar, afectando aproximadamente al 3% de los recién nacidos. Sin embargo, pocos padres conocen sus causas, complicaciones o tratamientos. Este artículo, como especialistas en fisioterapia para bebés en Granada, vamos a resolver tus dudas y ofrecerte soluciones claras para cuidar de tu pequeño.
¿Qué es la tortícolis del recién nacido?
La tortícolis del recién nacido es una condición en la que los músculos del cuello del bebé, específicamente el esternocleidomastoideo, se encuentran tensos o acortados. Esto hace que la cabecita del bebé se incline hacia un lado mientras la barbilla apunta hacia el lado opuesto.
Imagina que el cuello de tu bebé es como una cuerda elástica: cuando está demasiado tensa, limita los movimientos y genera incomodidad. Aunque suene preocupante, es una condición tratable que, con la intervención adecuada, no afectará el desarrollo del bebé a largo plazo.
¿Cuál es la causa de la tortícolis del recién nacido?
La tortícolis en bebés puede ser provocada por varios factores, y conocerlos te ayudará a entender mejor cómo tratarla:
- Posición intrauterina: en embarazos múltiples o en casos donde el bebé estuvo comprimido en el útero, el cuello puede haber adoptado una posición forzada.
- Trauma durante el parto: partos difíciles, especialmente aquellos con uso de fórceps o ventosas, pueden tensionar los músculos del cuello.
- Falta de estimulación postural: si el bebé pasa mucho tiempo en una misma posición, como en sillas de coche o moisés, el riesgo de desarrollar tortícolis aumenta.
¿Qué complicaciones puede tener?
Si no se trata, la tortícolis del recién nacido puede tener consecuencias que afectan el desarrollo del bebé. Los problemas más comunes tras una tortícolis congénita son:
Aplanamiento craneal (plagiocefalia)
Cuando un bebé mantiene su cabeza en una posición fija, la presión constante sobre un lado del cráneo puede causar aplanamiento. Esto afecta la estética y puede interferir en el crecimiento simétrico del cráneo.
Limitación de la movilidad
Un cuello rígido puede dificultar que el bebé gire su cabeza para explorar su entorno, lo que podría retrasar hitos importantes como alcanzar objetos, girar o gatear.
Tratamiento de la tortícolis congénita con fisioterapia pediátrica
La fisioterapia pediátrica es la estrella en el tratamiento de la tortícolis congénita. Con técnicas suaves, juegos y ejercicios adaptados, los fisioterapeutas ayudamos a los bebés a recuperar su rango de movimiento y fortalecer sus músculos.
Diagnóstico y tratamiento
El primer paso es siempre un diagnóstico profesional. Un fisioterapeuta infantil, como Martínez Plaza, evaluará el rango de movimiento del cuello, la simetría craneal y la postura general del bebé. A partir de ahí, se diseña un plan personalizado para corregir la tortícolis congénita que puede incluir:
- Ejercicios de estiramiento: movimientos suaves para alargar el músculo afectado y aliviar la tensión.
- Estimulación postural: técnicas para animar al bebé a girar la cabeza hacia el lado menos utilizado.
- Masajes terapéuticos: suaves masajes que relajan los músculos tensos y mejoran la circulación.
Prevención y cuidados en casa
El tratamiento no termina en la consulta. Como padre, tienes un papel muy importante en la recuperación de tu bebé. Por ello, vamos a dejarte algunos consejos prácticos para prevenir problemas más severos de tortícolis en bebés:
- Alterna posiciones: cambia la orientación de la cabeza del bebé mientras duerme o está acostado para evitar la presión constante en un lado.
- Estimula el movimiento: coloca juguetes llamativos o luces suaves del lado opuesto al que el bebé suele mirar para animarlo a girar la cabeza.
- Evita el exceso de tiempo en dispositivos: reducir el uso de sillas de coche y hamacas favorece que el bebé explore más su entorno.
- Practica el tummy time: este tiempo boca abajo fortalece los músculos del cuello y los hombros.
La tortícolis congénita en bebés se puede solucionar con el tratamiento adecuado y un poco de paciencia. Como padres, recordar que cada pequeño paso cuenta. Los fisioterapeutas pediátricos estamos aquí para guiaros y apoyaros en este camino para recuperar el bienestar de tu bebé.
¿Lo mejor de todo? Verás cómo, con el tiempo, tu pequeño va a ver el mundo con una mirada llena de curiosidad y confianza, ¡y eso no tiene precio! Así que solicita una cita con nosotros, para valorar si tu bebé sufre de tortícolis del recién nacido.
Referencias bibliográficas
- Cheng, J. C., Wong, M. W., & Tang, S. P. (2020). Management of congenital muscular torticollis in infants. Journal of Pediatric Orthopedics.
- Española de Fisioterapia Pediátrica (2023). Guía de tratamiento para la tortícolis congénita. Recuperado de aefp.org
- Kaplan, S. L., Coulter, C., & Fetters, L. (2017). Physical therapy management of congenital muscular torticollis. Pediatrics Review.
- Organización Mundial de la Salud (2023). Cuidado postural y desarrollo infantil. Recuperado de who.int
